Esta tercera y última parte de las “Memorias del Grao de Castellón”
sale a la luz dos décadas después de haberse concebido. Mi padre, Miguel Senent
Lluart, que es el autor de estas Memorias, hace más de veinte años inició esta
recopilación. Eran historias y vivencias que él solía contarme de pequeño y que
yo un día le animé a que las plasmara por escrito. Y así hizo. Poco a poco fue
llenando varias libretas manuscritas de estas Memorias primigenias. Yo lo leía
con satisfacción y simpatía, mientras mi padre me miraba complaciente pronto a
la complicidad. A mí me gustaron desde un principio. Y casi desde un principio
surgió en mí el ánimo de su publicación. Pero antes había que organizar las
atropelladas vivencias escritas por mi padre, sanear las expresiones y corregir
la ortografía. A eso me dediqué yo en cuerpo y alma. Y al cabo de unos diez
años se puede decir que ya todas las memorias estaban listas para publicarse.
Pero el material que salió de aquellas libretas de caracolillo era muy
abundante. Demasiado para un solo libro. Allá por el año 1999 nos decidimos mi
padre y yo a seleccionar lo que podría ser una primera parte de estas Memorias.
Y nos fuimos al Servicio de Publicaciones de la Diputación de
Castellón. Allí nos acogieron sin
demasiado entusiasmo. Nuestros escritos fueron a parar a una estantería
oscura y abandonada. Al cabo de un par de años, sin noticias de nuestro libro,
fuimos a preguntar. La respuesta fue lapidaria. No. Apenas había posibilidades
de publicarlo porque había muchos libros por delante del nuestro. Que
tuviéramos paciencia. Nos fuimos a casa decepcionados. En el otoño de 2003
volvimos. Y nos volvieron a dar la misma respuesta, que si queríamos, nos lo
podíamos llevar, pues las posibilidades de publicarlo eran prácticamente nulas,
que miráramos si en algún otro sitio nos lo publicaban. Y eso hicimos, nos
llevamos a casa el voluminoso archivador que contenía las Memorias. Pero,
sorprendentemente, al cabo de dos días nos llamaron desde el Servicio de Publicaciones
de la Diputación
de Castellón y nos dijeron que trajéramos urgentemente los escritos que nos
habíamos llevado. Que nos lo publicarían. ¿Qué pasó? Aún hoy no lo sé. Pero así pasó. En diciembre de 2003 salió a la
luz el primer tomo de estas Memorias del Grao de Castellón editado por la Diputación de
Castellón.
Mi padre y yo fuimos felices por esta publicación; y enseguida pensamos
en la posibilidad de que en un futuro saliera a la luz el resto del material. Y
a eso nos dedicamos. Tristemente, mi
padre nos dejó para siempre un frío día de enero de 2005. Yo quedé solo ante el
proyecto que habíamos iniciado mi padre y yo. Pero supe que mi padre hubiera
querido que esto se publicase y me dediqué a ello con verdadero ahínco. Y
entonces apareció mi hija (Marta Senent Ramos) con una nueva editorial que ella
acababa de crear: ACEN. Ella me lo publicaría. Creímos conveniente (por su gran
volumen) en dividir el material en dos libros. En diciembre de 2010 vio la luz
el libro “Memorias del Grao de Castellón II” con notable éxito. Y ahora,
aparece el que será la última parte de esta trilogía: “Memorias del Grao de
Castellón III”.
La primera entrega trataba sobre la historia vivencial del mi padre de
la sociedad grauera en la primera
mitad del siglo XX, haciendo un eficaz repaso a los usos y costumbres de los graueros y graueras de la época, así como una feliz recreación de todos los
primigenios barrios del Grao (incluyendo las islas Columbretes, que tiene un
capítulo a parte), del pinar, del nacimiento e historia del puerto de
Castellón, de la Guerra Civil
que él (un niño de once años) había vivido en el Grao…
La segunda parte tenía cuatro bloques diferenciados: Las aves marinas
en el Grao, los vientos que soplan en el Distrito Marítimo, la vela latina y “La Panderola ”. Y ya por
fin, en este tercer y definitivo capítulo en forma de libro de sus memorias, mi
padre ha querido exponer al lector del siglo XXI aquellas anécdotas o vivencias
que formaron parte de su vida. La intrahistoria del Grao que vivió un marinero
del Grao de Castellón nacido en los albores del siglo XX.
En el presente libro se habla de muchas cosas. Y todas son cosas del
Grao. Y más que del Grao, de la pesca en el Grao. Algunas se diría que mueven a
la risa o la simpatía, es el caso de “Cómicos graueros”, otras casi podría
decirse que impulsan a la compasión, como en el capítulo “La
Dolores atrapa un delfín”. Otras historias diríase que
son sorprendentes, como lo es “Tadeo y su amigo el delfín” o “Emerge un buzo de
l’ullal de la Barrassota ”. Se
habla de la primitiva Sanidad en el Grao (“La Sanidad en el Grao”) y de la orientación del pescador grauero en la mar en épocas anteriores a
la aparición de los radares y sonares en los capítulos de “Las Señas” y “L’escandall”. Hay anécdotas con moraleja
como “Cada cual a lo suyo”, o recreaciones históricas de la playa del Grao como
es el caso de “El Rancho Grande”. También encontramos un capítulo donde el
peligro es el máximo exponente: “Marinero nuevo a bordo”. Hay otro capítulo
intrigante como es “Extrañas luces en el pinar”; o episodios emocionantes: “Dos
misteriosos viajeros marinos”. En otro orden de cosas se habla de los modos y
la arcaica logística de la comida a bordo en “El Costo”. O de los dispendios al
margen de la “parte” que cobraban los marineros, en “La garfa”. Hay espacio
para repasar el origen de algunas frases hechas que tienen su origen en la
pesca grauera de antaño. Y hay, el
que para mi padre siempre fue el capítulo preferido de todos: “La borrasca”. Él,
emulando a su admirado Blasco Ibáñez solía decirme que el autor valenciano,
pese a haber escrito muchas novelas, siempre sería recordado por ser el autor
de “La Barraca ”;
y mi padre decía, que él por muchos capítulos que escribiera siempre sería el
autor de “La Borrasca ”.
Pero cada cual puede opinar sobre cada uno de los capítulos y decir
cuál es el que más le ha gustado, cuál es el que más le ha emocionado… Sabiendo
que cada párrafo, cada capítulo es un episodio de la vida de un hombre que amó
las pequeñas cosas, que valoró el peso que el presente podría tener en un
futuro. Y que quiso haceros partícipes a todos los que queráis compartir estas
Memorias del amor por la vida, que pasa solo una vez, pero queda para siempre.
Este libro se puede adquirir en las siguientes librerías: Librería Argot (Castellón), Librería Babel (Castellón), Librería Elcano (Grao Castellón) y a través de ACEN Editorial.
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