La trilogía completa

martes, 5 de mayo de 2009

La guerra que vio un niño de 11 años (11ª entrega)

Dibujo de Antonio Trilles

Las tropas de Franco toman Castellón

Era la noche del trece al catorce de junio de 1938.
Algo parecía que se movía en el ambiente. Idas y venidas apresuradas por el estrecho pasillo del refugio. Noticias contradictorias. Nadie se atrevía a dormir. Algo estaba ocurriendo. De pronto, se oyó una lapidaria voz que inundó todo el refugio:

-Ja estan ací! Ja estan ací els “nacionals”!

Sería difícil, o imposible, saber si aquello fue dicho con alegría o con tristeza. Fueron palabras inocuas, asépticas, muertas, sin vida. Y así fueron recibidas por todo el personal que llenábamos el refugio.
Minutos después aparecieron por la boca del refugio unos soldados. Eran soldados de Franco.
Nos tranquilizaron. Dijeron que nada temiéramos. Que recogiéramos nuestras pertenencias y que regresáramos a nuestras casas.
A ello nos disponíamos, cuando un soldado rezagado de aquella avanzadilla, al llegar a nuestra altura, se acercó a nosotros y, ante el asombro y estupor de todos, sacó una bomba de mano de su cartuchera y, blandiéndola, se disponía a tirarla allí, justo a la entrada del refugio. Aquello habría supuesto una masacre tan estúpida como segura.
Fue otra vez La Pitarga quien tomó la voz cantante; quien hizo desistir de tan absurdo empeño a aquel anónimo soldado:

-¡No, por favor, no tire esa bomba! ¡Ahí abajo sólo hay “viejesitos” y criaturas!

El soldado aquel vaciló. Miró a un sitio, miró a otro, y en un rápido gesto volvió a enfundarse el mortífero artefacto en su cartuchera al tiempo que con la mirada buscaba a sus compañeros que andaban un tanto más adelantados que él, ya casi al final de la calle Gobernador ,y sin más, reprendió la marcha con paso acelerado.



A la alquería...al reencuentro de los nuestros

Repuestos del terrible susto, emprendimos camino hacia la alquería; Al encuentro de mi padre, mi tío Pepet y El Roig que se habían quedado allí. ¿Qué habría sido de ellos?
Todas las familias del Grao que había en el refugio nos dispusimos a regresar al Grao, así nos lo habían ordenado aquellos contundentes soldados.
Formamos un grupo de unas veinticinco o treinta personas.
El Camí Fondo nos conduciría al Grao.
Nosotros, antes de ir al Grao, pasaríamos por la alquería. Allí pensábamos encontrarnos con el resto de nuestra familia.
Estando a mitad de camino, vimos volar un solitario avión a baja altura. Nos quedamos todos mirándolo. Se trataba de un avión que hasta hacía unas pocas horas era “de los nuestros” ¿Qué hacía aquel artilugio volante por allí? ¡Pero no les habían vencido! ¿Por qué no se había ido con todos los demás?
Alguien dijo que aquel avión era ahora nuestro enemigo. ¡Y estaba en lo cierto!. Y que por lo tanto, desconfiáramos de él.
Efectivamente, dicho esto, efectuó unas extrañas y sospechosas maniobras que no dieron ya motivo para la duda. ¡Aquel avión iba a por nosotros, sus enemigos! Quiso la ventura que delante de nosotros, a escasamente cincuenta metros de donde nos hallábamos, alguien avistara un refugio “particular”, era una defensa que en una alquería, se había construido su propietario con el fin de guardar a su familia, que a aquellas horas, Dios sabe donde estaría. Lo vimos libre y, en escasos segundos, todos fuimos a meternos allí dentro. ¡Otra vez a un refugio! ¿Pero cuando tenía que acabarse aquello?
La prudencia hizo que esperásemos hasta un cuarto de hora allí dentro. Nadie oyó nada. A fe que aquel era un buen refugio.
Ya no podía estar el avión tras quince minutos de espera, deambulando por aquellos aires. Seguro que ya habría emprendido otro rumbo. Era ya momento de salir. Y cautelosamente, fuimos emergiendo a la luz de la huerta castellonense, libres del agobio de aquel despistado aviador, cada uno de los precipitadamente refugiados en aquel breve, pero eficaz refugio casero.
Instintivamente lanzamos nuestras miradas arriba, a la búsqueda del avión, y nuestro ánimo se fortaleció al ver el cielo limpio de intrusos mortales.
Pero, algo raro había en el ambiente. Un olor letal que nos era terriblemente familiar invadía la limpia atmósfera del marjal.
Un estremecimiento brusco se apoderó de cuantos allí estábamos cuando advertimos, a escasos cien metros, una mortífera y espesa columna de humo.
Aquel avión, en efecto, ya no estaba, pero no se había ido de vacío ¡nos había bombardeado! ¡Sólo el providencial refugio nos libró, una vez más, de una muerte segura!
Sí, aquel misil, porque fue un único misil el que lanzó, fue tan mortalmente preciso, que vino a caer justo donde estábamos nosotros.
Cuando salimos, vimos unos naranjos arrancados de cuajo; y un cráter de unos diez metros de diámetro formado por tierra roja, fértil, sana, viva, que bordeaba un agujero que se sumía oscuro e incierto unos metros más abajo. De su fondo aún brotaba humo. Y aún podían sentirse nítidamente las punzantes emanaciones de la nefasta pólvora.
Cogimos nuestros enseres, y emprendimos camino hasta la alquería.
Por fin llegamos. Mi padre, mi tío y mi primo, estaban allí, esperándonos, y corrían a abrazarnos. Sería del todo imposible expresar con palabras la alegría que sentimos al vernos todos juntos otra vez.




3 comentarios:

Franziska dijo...

Me ha emocionado este relato y no es para menos. ¡El miedo que la avión producía en aquellos momento era indescriptible! Y no era para menos y eso que aún se producían muchos errores y las bombas no caían siempre a donde se dirigían.

La crueldad de emplear ese medio para destruir las poblaciones y hacer víctimas de la guerra a la población civil. Es la mayor maldad que ha inventado el hombre y nunca habían sido las estructuras del terror tan eficaces. Y lo que no era imaginable es que pudiera llegar a existir algo peor, ha terminado sucediendo... Las bombas atómicas, la guerra bacteriológica, ahora también la robótica, en fin, un espanto acumulado sobre otro y seguimos...

bibliotecaria dijo...

▒▒▒▒▒█▓▒▒▓█▓▓▓▓▓▓▓█▓▒▒▓█
▒▒▒▒▒▒█▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓█
▒▒▒▒▒▒▒█▓▓█▓▓▓▓▓▓█▓▓▓█
▒▒▒▒▒▒▒█▓▓██▓▓▓▓▓██▓▓█
▒▒▒▒▒▒█▓▓▓▓▒▒█▓█▒▒▓▓▓▓█
▒▒▒▒▒█▓▓▒▒▓▒▒███▒▒▓▒▒▓▓█
▒▒▒▒▒█▓▓▒▒▓▒▒▒█▒▒▒▓▒▒▓▓█
▒▒▒▒▒█▓▓▓▓▓▓▒▒▒▒▒▓▓▓▓▓▓█
▒▒▒▒▒▒█▓▓▓▓▓▓███▓▓▓▓▓▓█
▒▒▒▒▒▒▒█▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓█
▒▒▒▒█▓▓▓█▓▒▒▒▒▒▒▒▒▒▓█▓▓▓█
▒▒██▓▓▓█▓▒▒▒██▒██▒▒▒▓█▓▓▓██
▒█▓▓▓▓█▓▓▒▒█▓▓█▓▓█▒▒▓▓█▓▓▓▓█
█▓██▓▓█▓▒▒▒█▓▓▓▓▓█▒▒▒▓█▓▓██▓█
█▓▓▓▓█▓▓▒▒▒▒█▓▓▓█▒▒▒▒▓▓█▓▓▓▓█
▒█▓▓▓█▓▓▒▒▒▒▒█▓█▒▒▒▒▒▓▓█▓▓▓█
▒▒████▓▓▒▒▒▒▒▒█▒▒▒▒▒▒▓▓████
▒▒▒▒▒▒█▓▓▓▓▒▒▒▒▒▒▒▓▓▓▓█
▒▒▒▒▒▒▒█▓▓▓▓▓█▓█▓▓▓▓▓█
▒▒▒▒▒████▓▓▓▓▓█▓▓▓▓▓████
▒▒▒▒█▓▓▓▓▓▓▓▓█▒█▓▓▓▓▓▓▓▓█
▒▒▒▒▒████████▒▒▒████████
Pasa este osito a las personas que quieres muchísimo y no quieres que cambien nunca. (espero recibir el osito).
Si recibes entre 2-4 ositos te quieren
Si recibes entre 4-8 ositos te quieren mucho
Si recibes entre 8-10 ositos te quieren muchísimo
Espero que yo sea uno de ellos!!

m.eugènia creus-piqué dijo...

Realmente son vivencias que hacen estremecer,Un saludo.